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martes, 28 de abril de 2015

EL PUNTO MEDIO DE NACH

A TRAVÉS DE MÍ. 

Empezamos. He querido que la primera reseña de este blog sea nada más y nada menos que el último disco de Nach: A través de mí. El alicantino siempre ha sido uno de mis MC´s predilectos desde que me empezara a gustar el rap, y además es uno de los artistas que más han marcado a mi (joven) generación. Antes de nada quiero que quede claro que lo que busco con este tipo de reseñas es hacer una crítica fiel: reconocer tanto lo que está bien, como lo que está mal hecho. Si esperáis leer cualquier chapuza os recomiendo que busquéis cualquier canción del disco en cuestión en youtube y leáis los comentarios que escriben esos subseres.


Creo que para analizar de forma completa A través de mí tenemos que hacer lo propio con toda la trayectoria de este artista. En el 99, con La brevedad de los días, ya quedó claro que el por entonces llamado Nach Scratch estaba llamado a aportar algo que el hip hop español aún no había visto.  Su discografía posterior lo afirmó. Poesía Difusa en el 2003, Ars Magna/Miradas en el 2005. Podría decir que son trabajos imprescindibles, clásicos que todo aquel al que le llame la atención el mundo raperil debería escuchar. Pero realmente, eso es una cuestión de gustos, no tiene porqué ser así.

Lo que es innegable es que Nach se ha consolidado como el mejor letrista de todo el rap de habla hispana. Y con esto no quiero infravalorar a nadie, pero las canciones están ahí. Es un estilo de rap muy concreto, con un sonido muy concreto, un tipo de rimas y una temática en las canciones muy concretas. Ha habido muchos que se han codeado con él, raperos que han estado a su nivel JUNTO CON el propio Nach, y que nos han hecho, literalmente, volar en un verso (nadie puede negar que Ser o no ser, con Lírico, es una de las mejores canciones de rap de la historia de España, por ejemplo). Nadie ha superado las líricas, las estructuras y los juegos de palabras de este tío, es así de simple. Nadie excepto él mismo. Y aquí la cosa ya cobra tintes delirantes.

Tres años después de Ars Magna/Miradas, don Ignacio Fornés Olmo nos trae Un día en Suburbia. El disco como tal merece una reseña aparte. Pero no sólo por el propio disco en sí, sino por un hito que Nach lanza en él: Efectos vocales. La salvajada lírica más bestia que ha parido el rap de este país. Y la acompaña de otras perlas como Anochece o Manifiesto. Es llevar un estilo a sus últimas consecuencias, cumplir el desafío de superarse hasta los propios límites del lenguaje… O eso creíamos.
Tres años después, pum. Mejor que el silencio. El “papi ha vuelto” de Nach. En ese disco nos dice “¿creíais que había dado lo mejor de mí en Un día en Suburbia? Pues nein”. Te planta Hambre de Victoria. Te planta Ellas. Te planta Pensando en voz alta, te planta R.A.P, y por encima del resto, El idioma de los dioses. No quiero decir con todo esto que todos estos discos se reduzcan a las canciones que nombro, ni muchísimo menos. Pero lo innegable es que a lo largo de lo que llevamos de siglo XXI, las canciones de Nach han marcado al rap en este país y en toda Latinoamérica (es curioso ver, por ejemplo, cómo los Rolling llenan en España lo mismo que Nach llena en algunos países latinos).

Analizándolo fríamente, gustos míos aparte, Nach es un tío que en todos sus discos ha arriesgado, desde planteamientos nunca vistos como AM/M a cosas que verdaderamente se salen de su zona de confort, como el tan polémico Los Viajes Inmóviles. Y por otro lado, en todos sus discos, uno detrás del otro, ha conseguido superarse a nivel tanto lírico como musical. Eso no hay hater que lo niegue.

Con el preludio de Mejor que el silencio, disco que dejó sus buenas maravillas musicales, líricas y artísticas en general, y los Viajes Inmóviles, una obra de ingeniería musical capitaneada por Moisés Sánchez que puede gustar más o menos (yo le doy un sobresaliente como mínimo), nos llega este A través de mí.


Nach siempre ha sido un artista impredecible, pero en este caso, tras los Viajes Inmóviles, se podía oler que su próximo trabajo sería una vuelta a su lugar de confort. Ahora bien, a mí se me hacía muy difícil que pudiera siquiera igualar a lo que había conseguido en discos anteriores, y además yo personalmente llevaba unos meses algo escéptico. El caso es que comentándolo con una muy buena amiga (pocas cosas me gustan más que una conversación sobre música, y me sobran los dedos de una mano para deciros con cuánta de la gente que conozco puedo mantenerla) vi verdaderamente cómo debía enfocar la escucha del disco. Ella me dijo algo así como “vamos a ver, es obvio que es dificilísimo que supere lo de MQS y UDS, pero no hay que martirizarle por ello. El disco va a ser rap de Nach, y si te gusta el rap de Nach, el disco lo vas a disfrutar. Si consigue dejarnos con la boca abierta otra vez, bienvenido sea. Pero si no lo consigue no tiene porqué ser una decepción, al contrario, yo pienso disfrutarlo igual. Porque es su música, y a mí su música me gusta”. Con eso en mente me puse a escucharlo y analizar.

El artwork del disco es impresionante, todo hay que decirlo
El disco empieza con Leyenda. El modus operandi de esta canción podría perfectamente estar patentado, es el que tanto aplica gente como ZPU o el propio Nach en sus trabajos anteriores: una parrafada potente sobre una instrumental creciente, que se ve culminada con una explosión cuando entran el bombo y la caja. Como modo de introducir un disco, es una táctica cojonuda, pero aquí caemos en el miedo que tenía yo con A través de mí: repetir lo mismo de siempre, no innovar. Ahora bien, hay formas y formas de hacer esto. Como digo, se podría caer en el tópico… O se podría aprovechar las virtudes del productor en cuestión. Hablo de un tío que desde mi punto de vista lleva unos años siendo una brisa de aire fresco para los discos en los que participa: Khaibeat. La mejor forma de que lo entendáis es que escuchéis la canción. Es el pilar maestro de la introducción del disco, lo que a mí me ha hecho pensar “esto ya lo he escuchado, pero está hecho de forma diferente”.

Algo parecido ocurre con El hip hop que sé, donde vemos al Nach que todos conocemos de discos anteriores, pero con don Khaibeat marcándose una señora instrumental de piano que hace que la canción cale a la perfección. Es una simbiosis a la que Nach ha sabido sacarle todo el provecho, y el mérito, claro está, es de ambos.

Con las primeras colaboraciones que aparecen en el disco reafirmamos la última idea: Nach es un tío inteligente. Si él sabe que quiere hacer un tema de protesta social y que se va a llevar a TronDosh de corista, pues aprovecha y se hace una colaboración con él en el disco. Es una oportunidad, y de cara al directo, un as en la manga. La segunda es con la cantante Gema. De nuevo vemos la inteligencia de Nach y la estrecha relación que hay entre su rap y el de gente como ZPU: este último “descubre” en Doce Lunas a Gema, y Nach de nuevo decide aprovechar también su voz (impresionante, todo hay que decirlo). Aun así, tanto Adiós España como Abrázame no dejan de ser algo que, de nuevo, ya hemos escuchado antes.

Con Tantas Razones ya vemos un atisbo de novedad, pero es con Urbanología cuando la cosa se pone seria. Nach a lo largo de toda su carrera musical ha hecho constantes alusiones a la ciudad y a sus habitantes, a modo de laberinto, de selva,  de ratonera o incluso de coto de caza. A las pruebas me remito. Urbanología es, como lo describe la propia canción, “la ciencia de ahí fuera”. Y de nuevo vemos un patrón made in Nach (y por el que yo personalmente tengo debilidad): los temas mastodónticos, de ocho minutos. Hay que tenerlos cuadrados para meterlo en la mitad del disco. A mí, personalmente, me parece la mejor canción del LP. De nuevo sin llegar a la catarsis y a la maravilla de Manifiesto, vemos el Nach que nos ha conquistado y aquí redescubrimos el porqué. Atrevido, contundente, tirando del hilo de forma contínua. Y por supuesto, Baghira y Pablo Cebrián ponen una instrumental que hace que ese hilo parezca que nunca se vaya a acabar.

A partir de ahí, encontramos Anticuerpos, donde colabora Rayden. Más allá del mensaje, que puede llamar más o menos la atención, si algo destaco de esta canción es la producción de Baghira. Después, Ahora, la colabo de Fyahbwoy. Yo personalmente le he llegado a coger mucha tirria a las colaboraciones de Swan, parecía decreto nacional que tuviera que colaborar en todos los álbumes de rap español. Pero el caso es que, analizando el tema en frío, le da ese toque necesario y pegadizo a la potencia de Nach, a pesar de que el mensaje, una vez más, no sea demasiado innovador. Pasa lo mismo con Gratis y con Entre el placer y el dolor.

En esta última colabora el rapero Santiuve. Nach demuestra aquí que no deja de probar cosas nuevas y de dar oportunidades a la gente que le rodea. Se ve a la legua que Santiuve rapea de diez (pronunciaciones de “rorschach” aparte, jeje) y que su estilo con el de Nach funciona bien. La única pega que le pongo a la canción es que es muy típica. En realidad, es un mensaje que está presente en todo el disco de Nach y que tiene sus antecedentes: En la ciudad o Binomio. Nach siempre ha jugado con la dualidad, y en realidad esta canción no deja de ser una vuelta más de tuerca a lo mismo.

Y llegamos a Rap Español. Sinceramente, me alegré mucho de que un tío como Nach, uno de los colosos del rap de este país, hiciera un homenaje a toda la gente que se ha cruzado en su camino. Veo mucha división en el rap en España DE PARTE DEL PÚBLICO, no de los artistas. Creo que Nach hace un discurso de unión que bien podría servir de ejemplo.

Ya en la recta final del disco, encontramos Tal como eres. Colaboran Sharif y el cantautor Andrés Suárez. El título y las colabos dan una idea de lo que puede ser el tema. Pues bien, es exactamente eso. En realidad, un discurso que estamos hartos de oír. Llamar a Sharif para que haga una letra de amor poética es como llamar a Nerviozzo para que te haga un estribillo cagándose en todo. No lo critico, pero no me sorprende. El punto de sal lo pone Suárez. A mí personalmente me parece que está a años luz de la compenetración que Nach ha conseguido con gente como Marwan o Ismael Serrano. Aun así y gustos aparte, me parece un acto de valentía por parte de Nach y de nuevo, un atrevimiento. Una canción popera a más no poder, con tintes poéticos muy buenos, eso sí, era de esperar. Si dijera que no funciona, mentiría. Si dijera que me convence, también.

Igual de atrevido me parece Ellos y yo. Esta canción tiene nombre propio: Samuel O´Kane. Lo escuché por primera vez en una colaboración que hizo con H Roto y me quedé de piedra. Es un estilo que yo no había oído nunca. Cuando supe que iba a colaborar con Nach, pensé que si se atrevían a no caer en lo fácil, podrían sentar cátedra. El resultado es una fusión absoluta entre ambos, con un estilo diferente pero con una fórmula bien conocida: una instrumental en forma de misil, marca de la casa de Baghira, sobre la que O´Kane canta como le da la gana y se compenetra con Nach a la perfección. Esto, aunque de nuevo caiga en el mensaje de la dualidad, sí me parece algo nuevo que me aporta mucho más que la mayoría del disco. Chapeau, son una tríada perfecta.



Fotograma del videoclip de Leyenda
Para cerrar el disco, de nuevo viene el mensaje social con Poesía de guerra (el rollo militar de la base me pone, todo hay que decirlo, la canción es muy épica) y las reflexiones (también dualistas, cómo no) con Viviendo. La verdad es que no es nada nuevo bajo el sol, pero no deja de ser una culminación del álbum bien lograda. Es lo que tiene Nach y la gente con la que trabaja, haga lo que haga, lo hace bien.

En conclusión, A través de mí no deja de ser la vuelta de Nach a su zona de entrenamiento. Es cierto que cae en mensajes que estamos hartos de escuchar, pero para mí este aspecto es suplido por dos grandes virtudes: la presencia de cierto riesgo en forma de algunas colaboraciones y sobretodo, de la forma en la que Nach rapea. Si cogemos el tema que consideremos más flojo del disco, sea cual sea, y nos fijamos en la lírica de Nach, veremos que las estructuras, la métrica, los juegos de palabras y el flow como tal son impecables. Es cierto, no van a estar a la altura de los clásicos, pero eso no nos tiene que impedir disfrutar de ellas. Son buenas canciones, unas nos aportarán más que otras, pero todas de realización excelente. 
Por eso es un disco que yo, personalmente, puedo disfrutar al escucharlo, y cuando Nach lo presente en España seré de los primeros que estarán dando saltos como un crío en el bolo de turno. Porque es cierto que Nach no ha reinventado nuestra idea del rap con A través de mí pero, ¿quién dijo que ese fuera su objetivo? Nach ha vuelto, y para los que nos gusta su rap, eso siempre son buenas noticias. 

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