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Mi Cuento es el último trabajo de Pablo Lapeña.  Es una historia de viajeros y bosques, de dragones; es la historia de una travesía. Un rela...

domingo, 31 de enero de 2016

PERO

Eres un tío inteligente, ¿a que sí? La gente suele decírtelo, llega un punto en el que te lo crees porque oye, quizás ni siquiera llegues a serlo, pero el caso es que el mundo está lleno de personas no-inteligentes con la que sabes que no tienes nada en común. Así supones que debes serlo. Eres inteligente porque eres inquieto. Y considerado. Y te gustan los retos, salir de la puta zona de confort: 
-Mira, de verdad, no quiero quedarme aquí. Me gusta, estoy cómodo, pero eso mismo es lo que me preocupa, quiero salir fuera y hacer otras cosas; ¿no ves que soy un tío inteligente, inquieto, considerado y al que le gustan los retos? Conducir con las dos manos en el volante no me va a producir ninguna emoción en mi vida, tengo que hacerlo con una. Tengo que. Por mí y mi vida.

De vez en cuando, cuando la soberana gilipollez que ocupa tu mente en forma de idea de mártir y de hombre sensato se oculta por alguna nube que casualmente pasa por allí, sientes verdadero disgusto. Entonces intentas recoger todos los frutos que han germinado bajo los rayos de ese sol hipócrita (inteligente, inquieto, considerado y soberanamente soberbio) para saber en cuál de los miles de andenes de tu cabeza va a parar el tren con destino "No-sabes-dónde-vas-pero-aquí-serás-feliz". 
Porque, te lo repito, eres un tío inteligente, y has aprendido a coger trenes aleatorios sólo por el placer de ver el paisaje y no tanto por dónde acaben su trayecto. Pero. 

-Dicen que todo lo que digas antes de un "pero" no tiene validez. 
-Pero. 

El caso es que a veces la cama no es balsa, es pozo. Y sientes, ingenuo inteligente inquieto, cómo te tragan las sábanas; cómo el colchón se vuelve una masa blanda e inestable que te mece en un movimiento que te produce nauseas, provocado por toda la mierda que intentas dejar fuera la en-un-principio-mullida almohada. 

A veces, esos trenes van en círculos y no en líneas rectas. 

Así que tú, que eres un tío inteligente, concluyes que estás jodido. Y lo mejor de todo es que no dejas de tomártelo como algo natural: 

-Esto me pasa por ser como soy. Pero es lo que hay, a mí me encanta como soy; y si no me encanta, me encanta que no me encante. 

Viva tú, piensas. Y decides escribir en tu blog algún texto que se pueda malinterpretar por cualquiera en vez de darte cuenta, Mr. Capullo Inteligente, que la inteligencia es algo que escapa a tu alcance. Pero. 


domingo, 3 de enero de 2016

REVIEW: LO QUE ESCUCHÉ EN 2015

Vivimos en la Era del Single. La música es comida rápida. 

Es prácticamente imposible seguir la pista a todos los lanzamientos musicales que se hacen a lo largo del año, aunque nos ciñamos a un único género -el rap, en este caso-. La música se está convirtiendo en un producto de usar y tirar: trabajos nuevos se publican semanalmente, de forma que la vida útil de cada uno se reduce a unos pocos días antes de ser sustituido por otro. Lo bueno de esto, de cara a nosotros -llamémonos consumidores- es que el catálogo es interminable y podemos picar un poquito de todos los platos. 

Lo malo es que la carta de ese inmenso menú está redactada por las grandes distribuidoras digitales como iTunes, Spotify, y un largo etcétera, que nos muestran lo que a ellos les interesa que comamos. O escuchemos. O consumamos. El resultado: la inercia a ir de single en single, a no profundizar en los trabajos a los que pertenecen, y a no saber de la existencia de otros muchos que pasan desapercibidos. Aun sabiendo que yo estoy dentro de este circo por razones obvias, me declaro en contra de esta forma de ver la música. A mí nadie me dice qué escuchar, ni durante cuánto tiempo debo escucharlo. 

Por todo esto quiero contaros la música que he estado escuchando durante este año, concretamente centrándome en el género del rap. Tengo que matizar que todo lo que vais a leer a continuación es 100% subjetivo, sujeto a mi opinión y nada más, de forma que os invito a escuchar todos los trabajos de los que he bebido este año para que comparéis vosotros mismos, y en definitiva, ejerzáis el rol de oyentes y no de vegetales que escuchan la lista de hits de Spotify porque te lo dice el anuncio de turno.


TOP 5 DE SPANISH RAP EN 2015

Me parece imposible poder hacer una lista de valoración de todos los trabajos de rap patrio que han salido este año, y más de forma objetiva. Por eso he decidido hacer esta selección de 5 discos basándome en esta premisa: si sólo pudiera quedarme con 5 discos de rap nacional publicados en 2015, ¿cuales serían?

1.- Parker, de Jotandjota. El único disco que pongo por encima del resto. Los otros cuatro no los pongo en orden de preferencia, pero para mí este tiene el oro. La simbiosis 'Jota+Khaibeat', con Dj Rune y Surce también tirándolas a la escuadra hace que musicalmente sea de los discos más completos, sólidos y vanguardistas del rap español. Con ese aroma a USA -las influencias de Kanye y Drake en Jota son patentes- pero con el sabor que nos introdujo en Sincericidio, J.J. Parker ha hecho un disco tan infravalorado como trascendente. "En diez años dirán 'tú molabas', como a los Solo." No podría estar más de acuerdo, Jota.

2.- 78, de Tote King. Tote es uno de mis raperos fetiches, y es imposible que este disco no esté entre mis favoritos. De todos los de este año es con el que más me identifico en lo que expresa. Andalucía sigue siendo la proa del buque: de nuevo encontramos en la producción a Dj Rune, Surce, Baghira, Acción Sánchez, Sone, Brainiac... Un disco dinámico, con Tote en plena forma bajo mi punto de vista, valiente y ácido, en pleno efecto. Esto es lo que me ha hecho disfrutar como un enano de 78. El rey es el Rey.

3.- Avant Garde, de Tutto Vale, Sule B y Alberto Rock. Las producciones de este último sumadas a las líricas de Tutto y Saúl forman una tríada perfecta. Un trabajo que se hace corto, con las Vanguardias y todas sus concepciones como premisas a lo largo de 9 tracks diferentes, atrevidos y jodidamente bien edificados. Es una clase de historia, de arte y de música conjugadas magistralmente, en un trabajo que nadie -N A D I E- ha hecho antes en este país. "No es un riesgo, y si lo es, lo asumimos; avant garde." Pues avancen.

4.- Superhumano, de Capaz y Hozone. El retorno de uno de los peces más gordos del rap español, Capaz Fernández, que viene de nuevo acompañado de Jorge Big Hozone. La ecuación funciona, ya lo vimos en Último Cigarro, pero el mérito de Superhumano está en que hace de forma completamente diferente algo que ya habíamos visto y que nos volvió locos en su día -"pan caliente, pan caliente!!"-. Capaz se reinventa en tracks con humor, crítica, flow y "pelotas gordas como pompas", Hozone nos lo sirve crujiente a lo largo de 80 minutazos. Puedes leer el análisis del disco aquí.

5.- Melancholia, de Piezas y Jayder. Es un trabajo que aparentemente podría pasar por "un disco de rap más", por la estructura basada en estrofas largas, beats sampleados y canciones machaca cuellos. Pero nada más lejos de la realidad. Las líricas que Piezas guisa en el fuego instrumental de Jayder son de las mejores -por no decir las mejores- del año. Es una frasaza detrás de otra, sin tregua, y llega un punto en el que me pregunto "¿cómo cojones puede haber tantas punchlines juntas? En todo el disco habrá tres rimas contadas que no te hagan pensar que estás escuchando buena literatura. Jayder pone lo que cada vez considero más importante en un LP: los matices, que nos transportan a una atmósfera oscura, urbana, tan ámarga como melancólica. "Háblale a tus ojos del viento, o pensarán que el molino se está moviendo solo". Son cuatro pulmones murcianos los que hacen que el molino que es Melancholia se convierta en gigante.



Sin embargo, ceñirnos a estos cinco discos sería menospreciar la inmensa calidad que atesoran otros trabajos que he degustado este año.

Hemos hablado de Andalucía, Murcia y Madrid, pero en Zaragoza también se ha cocinado alta gastronomía. El don de escuchar de El Momo es uno de los trabajos mejor estructurados, polifacéticos y virtuosos de este 2015. Dos, de Lex Luthorz -la crème de la crème, uno de los productores más activos en los últimos años- y Pseudónimo es de inevitable disfrute, y Bajo el rayo que no cesa, de Sharif, supone la vuelta de uno de los hijos pródigos del rap más poético. Sin embargo, este último disco no ha frecuentado tanto mis auriculares en comparación con otros de esta lista (aunque con pocas canciones he disfrutado tanto como con Cantar y Coser).
Y por supuesto, no podemos olvidarnos del regreso de Javier Ibarra en Previo, un entrante del que será su próximo largo con sabor a main course, anhelado, admirado y respetado por todos, sentando cátedra, como es habitual en él. 
A medio camino entre Zaragoza y Madrid nació a principios de año Grey Theory, de Ceerre y Pablo Gareta -inconmensurable en la producción-. Me ha pasado algo parecido que con Sharif: no lo he escuchado tantas veces como otros trabajos, bien por tiempo, bien por estar centrado en otros discos, lo cual no quita que sea de los trabajos más destacados del año.

Centrándonos de nuevo en la capital, destaco otro disco que parece haber pasado desapercibido en la vorágine de lanzamientos: Mindfuck. El de Mediyama lo pongo a la altura del top; es un sonido distinto, muy cuidado, que forma un LP que he disfrutado hasta la saciedad. La versión en directo de Nebulosa ha conseguido llenarme los ojos de lágrimas. Un disco de 10 de un artista de 11. También me ha encantado el EP que han publicado Supernafamacho, Duddi Wallace, Mucho Mu y Fosi Blanco: Creamwarehouse. Mucho nivel y muchas tablas. 

Por otro lado, algo que me ha cambiado mucho la visión del rap y la música urbana en general ha sido el trabajo que ha hecho el productor Adrian Groves. Smileysyrup, con Tiscas, L. Marqués, Eleazeta y H. Roto me parece una pasada, un atrevimiento maravilloso con una ejecución impecable. Su precedente es Russian Roulette, donde Eleazeta es el abanderado principal, en un trabajo que me ha roto todos los esquemas. Groves ha sido de los productores más activos del año, y para mí una fuente de inspiración y de aire fresco. Parte de la culpa de esto también la tiene Samuel O'Kane, cantante de Barcelona que tira más al RnB, y que me ha flipado desde que le escuché por primera vez. Cuando se juntan los dos despachan como reyes. 

Este año también ha estado presente Ikki. Su disco Ikki is back lo he escuchado unas cuantas veces, por mucho que se le hayan echado al cuello con él. El productor ha estado en primera línea de fuego durante la segunda mitad del año participando, al igual que Groves, en uno de los discos más destacados del año en todos los aspectos: Martes 13 de Natos y Waor. 
Con él es con el que he empezado a escucharles en serio por primera vez, y a disfrutar de su música. Se han puesto serios con su discurso poco serio, lo que da como resultado una bomba, para qué vamos a negarlo. Fuera prejuicios, si no ha entrado en el top 5 es por mis preferencias subjetivas a los que sí lo han hecho, no por falta de calidad. 
De la mano de estos dos siempre ha venido un tío que hoy por hoy está brillando por sí mismo: Recycled J. A base de inéditos y videoclips me ha tenido todo el año dando cera a sus canciones. Nuevo, fresco, imparable. Hablando de evoluciones y nuevos alter-egos, no puedo dejar de hablar del EP 10/15, de C. Tangana. Es espectacular cómo fluye en las instrumentales de Drake y como dibuja sobre ellas sus líricas. El trabajo es una maravilla con sonido yankee, declaración de amor y beef incluidos. Puchito "la ha matado", literalmente.

Tirando a la "east coast", El Mártir de Charly Efe y Loren D me ha gustado mucho, aunque no lo he escuchado tanto como sus trabajos anteriores;. A través de mí, de Nach, me parece imposible no disfrutarlo si eres su seguidor -cosa que soy de forma rotunda y absoluta-. Otro nombre muy a tener en cuenta en meses venideros es Santiuve. Sus colaboraciones en muchos de los discos que hemos mencionado ya son TOP, aunque Todos somos Santiuve no he llegado a escucharlo todavía (cosa que espero solucionar pronto).

Más artistas a los que he dado cera y que me dejo en el tintero: Endikah y Sceno con su Utopía, Cres y Lio con Our Way, los inéditos que ha ido publicando Paul Paradox, los innumerables trabajos que han publicado los miembros de La Bohéme -en especial Love and Ice Cream-, Rozando el Núcleo de Larah Fémina y Sator Sánchez -de mis favoritos este año- y Random de Desplante en la recta final de 2015. Quiero mencionar también un trabajazo al que no he podido sacar todo el jugo que atesora por falta de tiempo: La jaula de oro, de Foyone; espero dedicarle las escuchas que merece en estos meses venideros.

Termino hablando de dos trabajos que han salido de las Islas Canarias y que me han maravillado de principio a fin. Uno es de los raperos más en forma del año: Crisálida de Nestakilla. El FLOW -en mayúsculas- de este tío es de otro planeta y ha maravillado a toda la escena nacional. También iría para el top sin duda. Pero el que creo que merece una mención de honor -y que también ha pasado desapercibido, para variar- es Líquida de Nirban. El canario ha hecho un trabajo impregnado de líricas retorcidas, absolutamente brillantes, aderezadas con su particular estilo. Creo que es imposible no revolverte por dentro al escucharlo; cualquier persona que aprecie la buena poesía en cualquiera de sus formas lo disfrutará como un enano. Brillante como mínimo. 


RAP EN LOS STATES.

Beauty behind the madness, de The Weeknd, probablemente sea con toda seguridad -y con permiso de grupos como Iron Maiden- el mejor disco de este año a todos los niveles. Poco que decir de este tío al que han llegado a llamar "el nuevo Michael Jackson". Es imposible escapar de él. 

Al nuevo de Drake, If you're reading this it's too late, me ha costado pillarle el punto y aguantarlo del tirón, pero me ha acabado enganchando inevitablemente. La mixtape que ha sacado con Future -What a time to be alive- apenas la he tocado, y el disco de este último, DS 2,me ha cansado a la mitad, demasiado repetitivo a pesar de que es uno de los trabajos yankis más sólidos del año. 

A Drake y The Weeknd sumo el discazo de When it's dark out, de G Eazy. La estética oscura que veíamos en forma de pequeños trazos en su trabajo anterior se convierte en el pilar de este, con una primera media hora de auténtica locura y un final algo más flojo. G0:0D AM, de Mac Miller -de quien he catado toda su discografía desde Blue Slide Park- es otro disco ignorado por los ránkings del año. Sin llegar a ser ninguna obra maestra, la evolución de Miller en este disco con su estilo tan característico me ha hecho pensar que es un trabajo a tener en cuenta y que me ha hecho disfrutarlo mucho. 

Cómo no hablar de Compton, el regreso de Dr. Dre. El disco tiene auténticos temazos -Deep Water, con Lamar, de los mejores del año- y algunos algo más flojetes, pero la firma de Dre en el sonido es tan tocha que todo el que haya disfrutado con el rap de los 2000's de USA (Eminem o Forget about Dre) va a gozarlo mucho y muy bien al escucharlo. Es mainstream en toda regla, a mí me ha encantao´. Otro que me ha maravillado: The incredible true story de Logic. Flow espectacular, de auténtico escándalo, soberbio para la juventud que tiene el chaval, aunque me quedan unas cuantas escuchas para poder analizarlo al 100%.

Termino hablando de Dreams worth more than money, de Meek Mill, un disco con algunos cortes muy gordos pero que por momentos me parece más de lo mismo (después del beef que tuvo con Drake, Mill va a tener que demostrar algo más si quiere seguir vivo in da game), y la guinda del pastel, el que muchos no dudan en calificar como uno de los mejores discos de rap de este siglo: To Pimp a butterfly de Kendrick Lamar.

Voy por partes. Yo con el disco lo he flipado de principio a fin, aunque es verdad que es uno de esos trabajos que amas o aborreces de cabo a rabo. Algunos dicen que está sobrevalorado, y yo lo cierto es que no me atrevo a discutir ni a refutar esa afirmación. Lo que es innegable es que Kendrick está consiguiendo fusionar el sonido clásico de la música negra con el hip hop y rnb más actuales, y lo está haciendo de una forma que nadie más ha conseguido -y que ha provocado, de facto y con motivos, que se le eleve al más alto olimpo raperil-. Lamar me parece una figura trascendental para el hip hop en estos años, y probablemente seamos más conscientes de ello cuando veamos esta época con algo más de perspectiva dentro de un tiempo. En estilo, talento, trascendencia, y calidad de su obra, si alguien puede quitarle el oro al disco de The Weeknd, al de Adele, al de Maroon V o al de Iron Maiden, es este tío -puede que también Alejandro Sanz con su SiropVALE YA PARO-.

En otras palabras, de 2015 en USA me quedo con Beauty behind the madness, To pimp a butterfly, If you´re reading this it´s too late, When it´s dark out The incredible true story. 


To sum up, este ha sido mi año en lo que a los trabajos de rap se refiere, y no entro en otros géneros porque si no no acabo nunca. Es obvio que me he dejado nombres y trabajos por el camino (a The Documentary 2.0, de The Game y a ALLA de ASAP Rocky tengo que escucharlos más para poder decir nada de ellos, apenas los he tocado, y Rodeo de Travis Scott lo tengo pendiente) pero siempre intento abarcar como oyente el máximo de trabajos posibles y contrastarlos con la trayectoria de cada artista. Lo mío es una búsqueda constante de trabajos que me transporten, me hagan disfrutar y me cambien la forma de ver la música, y 2015 ha estado lleno de ellos. Si os interesa el género, os invito a que profundicéis en los nombres que he dado.  

PD: Purpose de Justin Bieber = discazo. Drones de Muse me ha dejado frío, más de lo mismo, aunque con cosas guays (por algo me han gustado desde siempre).