I
Deja
que te cuente lo que Ovidio ya escribió
Quise
despertarme, y me transformé en un latido
Quise
verte despertar, y me transformé en el Sol
Y en
polvo para leer antiguos pergaminos
Una
mujer me conquista
cuando
al pensar en ella me entran ganas de escribir
y
cuando la veo me entran ganas de dejarlo;
porque
no hay verso que atrape su sonrisa,
igual
que hay marcos que no albergan la belleza de sus cuadros.
Quise
ser el mapa de tu alma, y fui poesía,
perderme
en tus ojos, y fui un cielo sin estrellas.
Huir
de la agonía,
y me
volví melodía
revolví
la luz del día
para
encontrar a tu voz bailando con ella.
Me
transformé en raíz para quebrar el asfalto,
y en
rama para llegar a lo alto, y arriba
planeé
planear
y fui la lágrima de un árbol,
la
hoja que beso el suelo con suavidad.
Me
transformé en puente para abrazar al río
y
después en tu abrazo para ser el mejor refugio,
Me
transformé en escritor,
para
exorcisar mi terror,
para
poder ser dios creador en solo un papel en sucio.
Me
transformé en estantería para crujir de placer
mi
madera envejecida bajo el peso de los libros,
fui
una estrella fugaz para escuchar tus deseos
Y
después un epílogo, para verlos cumplidos.
II
Deja
que te enseñe lo que Kafka ya creó,
y
aguanta,
fui
una voz sin garganta,
un
sueño sin soñador.
Quise
ser inmune y me volví de hielo,
pero
al ver el cielo
me
cambié, volé en un vuelo
sin
motor.
Y
fui un ave, volé sin rumbo,
te
eché de menos, un segundo
del
reloj se transformó en un primero,
y
ante mi anhelo,
me
transformé en un lobo, y ahora lloro
a tu
sonrisa blanca reina del cielo nocturno.
Recorrí
las estepas, y las sabanas;
un
ascua de lluvia,
una
gota de llama,
y
deseé invitarte al baile
de
tu vaivén
leerte
en braile y
<ZAP!>
me
transformé en tus sábanas.
Esto
es morirse de frío al metamorfo-searte
Aparte,
me
transformé en Velázquez,
para
pintarte,
mirarme
en el espejo
y
ver reflejados en él los ojos del arte:
ver
a un dios completo.
III
Y
quise amar
y me
volví un personaje sin creador,
un
libro sin final,
un Laocoontesin
dolor.
Fui
las lágrimas del (ánima)dor,
del
violín aviador,
un
david marmóreo sin escultor.
Y
lloré un mar
como
el Sol llora sus rayos en verano;
fui
la cámara
que
atrapa tu belleza en primer plano
Fui
el águila sin lápida,
Adán
extendiendo la mano,
fui
la tristeza
de
un “es mejor que no nos veamos”;
de
un “te quiero” seguido de un “pero”,
“Eres
especial… pero…”
“Me
tratas genial…pero…”
Fui
cenicero lleno
y
corazón vacío,
frío
de enero,
hierro
fundido
y
confundido
por
su amor hacia el fuego.
Metamorfosis
de un lacayo que quiso ser guardián,
Metamorfosis
de un principio que quiso ser final,
por
el amor de la tierra hacia el mar,
del
bien hacia el mal,
me
transformé en la muerte
y la
obligué a resucitar.
un
recuerdo olvidado,
un
olvido en invierno,
y vi
en el viento que un “miento”
puede
ser eterno y el bien no.
Quise
dejar el mundo material
y me
transformé en ti, en el oyente de un verso,
en
un verso...
...uni-versal.
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